EL FENÓMENO INSTAGRAM

Logotipo de Instagram. 

Instagram es una aplicación gratuita para cualquier sistema operativo móvil y fácil de instalar, que permite a sus usuarios retocar fotos mediante filtros y marcos y compartirlas directamente en las redes sociales: Facebook, Twitter, Tumblr y Flickr.

Yo me declaro fan de esta aplicación. Me parece interesante y una buena iniciativa para poder fotografiar momentos especiales y compartirlos con tus seguidores. Además tus seguidores podrán indicar si les gusta la fotografía e incluso comentarla.

Pero también hay que decir que esta aplicación pone al mismo nivel tanto a fotógrafos profesionales, aficionados a la fotografía y nulos fotógrafos. Aunque es fácil diferenciar estos grupos, esto es algo que a muchos usuarios no les gusta, y yo me incluyo en ellos. Porque, ¿por qué una foto de un paisaje paradisíaco con colores impresionantes hecha por una profesional de la fotografía puede tener los mismos “me gusta” que una foto de un plato de espaguetis con tomate medio vacío?

Desde mi humilde opinión me atrevo a dar algunos consejos para publicar en Instagram.

•  Está bien que se publiquen fotos de exquisiteces cuando vas a un restaurante por ejemplo pero no es necesario subir fotos de platos medio vacíos, vacíos o de comidas que todos vemos día a día.
• Por favor a no ser que sea un efecto para que quede una foto hipermegaguay, no subir fotos desenfocadas.
• Está bien que de vez en cuando cambiéis de filtro y no uséis siempre el mismo, que para esto están. 
•  Las fotos cogidas de Internet tampoco tienen ningún valor artístico ni te dan ningún mérito.
•  Para subir fotos de fiesta ya está Tuenti.
•  Las fotos en el espejo se pasaron de moda hace mucho pero si te siguen gustando, por favor también al Tuenti.
• Y por último no hace falta #que #hagáis #una #etiqueta #de #cada #palabra #que #ponéis.

Por cierto hoy me complace comunicaros ¡que he ganado un concurso de fotografía en Instagram! Podéis ver todas las fotos con la etiqueta #desencajonamiento2013. Aquí os dejo la mía.

Sandra Romero de Casas