Una cámara en mi chistera: SEVILLA Y SU COLOR

De todos es sabido, y como bien dice la canción de Los del Río, que Sevilla tiene un color especial. Y quien dice color, dice un olor, una esencia, un alma. Sus calles, sus patios, su gente, hacen de ella una ciudad, muy especial.

Me siento una afortunada de haber pasado un curso maravilloso en Sevilla, que desgraciadamente ya llega a su fin. Me ha dado la oportunidad de conocer el modo de vida y la cultura de la calle de esta ciudad, y en general de estos aires andaluces.

Yo soy del norte, y como comprenderéis aquí se vive de una manera completamente diferente. Siempre había oído que aquí la gente es más abierta y cercana, que el calor te hace vivir más de noche que de día, que se toman las cosas con mayor tranquilidad o que son unos exagerados. Pues bien, es cierto.

Desde mi punto de vista la clave es el clima, el buen tiempo que predomina, el sol, el calor, han hecho desde siempre que la gente pueda vivir más en la calle. Eso les ha dado la oportunidad de interactuar más entre ellos. Y por lo contrario el frió del norte, hace que nuestra manta y chimenea sean nuestros mejores amigos. A nuestro favor he de decir, que no somos sosos, bordes, rancios, siesos, ariscos, malhumorados, y un largo etcétera que me han dicho o dicen por aquí, simplemente nos cuesta un poco más abrirnos. Además con uno o dos rebujitos se soluciona todo.

Y por supuesto he tenido tiempo de hacer ¡muchas muchas fotos!

Si alguna vez venís a Sevilla, por favor que no se os olvide la cámara de fotos.
Desde el centro histórico, la Giralda, la Catedral, la Plaza de la Encarnación y su curiosa construcción (Las Setas), la Torre del Oro, La Maestranza, La Plaza de España, el Parque de María Luisa, hasta el famoso Barrio de Triana, el Puente de Triana, su mercad, etc. son dignos de fotografiar. Y por supuesto la Semana Santa y la Feria de Abril.